Es responsabilidad social brindar atención y bienestar a los adultos mayores. Foto: Archivo
Es responsabilidad social brindar atención y bienestar a los adultos mayores. Foto: Archivo

Desde el inicio de la pandemia de la COVID-19 se evidenció que las personas mayores poseían un riesgo mayor de mortalidad al resto de la población por la vulnerabilidad que representan otras afecciones en su sistema inmunológico. De los 384 fallecidos por esta enfermedad en Guatemala, al menos 175 son de 61 años en adelante.

La secretaria Portillo hizo un llamado porque esa condición “no sea una excusa para que sean discriminados, maltratados, abandonados o que sufran de indiferencia por parte de la sociedad; por el contrario, es necesario garantizarles protección y bienestar”, dijo.

Recordó que el programa Mis Años Dorados de SOSEP no ha parado de brindarles atención a los más de 3 mil adultos mayores de los centros de atención diurna y que por la emergencia sanitaria fueron cerrados para evitar la propagación del virus; sin embargo, la entrega de alimentos y atención médica se ha hecho en los domicilios de los beneficiarios.

Situación mundial

De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU) se estima que el 66% de las personas de 70 años o más tienen al menos una afección subyacente, lo que los coloca en un mayor riesgo de impacto severo por el COVID-19; además los mayores de 80 años mueren a un ritmo cinco veces mayor que el promedio.

Entre 2019 y 2030 se prevé que el número de personas de 60 años o más aumentará en un 38%, de mil millones a 1.4 mil millones, superando en número a la juventud a nivel mundial.

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